jueves, 25 de octubre de 2012

ES VIOLENCIA DE GENERO

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha confirmado que el crimen de la menor de 13 años en El Salobral (Albacete), cometido por un adulto de 40 años, es violencia de género. (Madrid, 24 de Octubre, EUROPA PRESS).

¿Y que otra cosa podía ser? Hace tiempo que nos tentamos la ropa discutiendo sobre términos como el de violencia de género, asesinato machista, crimen pasional o la maté por que era mía. Se llame como se llame se trata de la agresión mortal de una persona (hombre) contra otra (mujer) cuando cree perdido el control que ejercía sobre su vida y actos. 

Este asesinato ha sido el último de los 38 cometidos este año y ha generado especial atención por tratarse de una niña de 13 años que mantenía relaciones con su asesino de manera "consentida", tal y como todos los medios de comunicación se empeñan en hacernos llegar. 

Pero con trece años ¿que significa consentida?, la mayoría de los que pasamos por esa edad hace algún tiempo somos capaces de recordar momentos de confusión, de deseos, de tristeza, de cambios y aprendizajes, pero de pocas certezas por que afortunadamente acabábamos de abandonar la niñez y pensábamos que el mundo estaba por descubrir. Por que aunque la edad fijada legalmente sean trece años para mantener relaciones sexuales consentidas, se trata de una falacia engañosa, discriminatoria y que puede usarse para despenalizar la prostitución de menores.

Con trece años no se puede abrir una cuenta en un banco sin el permiso paterno, aunque el o ella si pueden acostarse con el director de la sucursal.  Con trece años no se pueden sacar el carnet de conducir pero si verse en un hotel con el dueño/dueña de la autoescuela. Con trece años no se está maduro para votar pero el chico o la chica pueden darse el lote con el abuelo del presidente de la mese electoral sin ningún tipo de traba legal.

No me refiero a lo que los niños de trece años hagan con sus iguales, ya que entra dentro de los parámetros de la evolución y maduración de las personas, se trata de las relaciones de "abuso" que se pueden establecer entre los menores y los adultos. Relaciones de "abuso y acoso" por que en cualquier tipo de acoso ya sea laboral o sexual interviene en gran medida el componente de desigualdad, en derechos, en madurez y en posibilidades.
Así de sencilla me dispongo a atravesar la selva con
una microcamiseta y luciendo pechuga y mulso.
Los niños y niñas de trece años deben estar con sus iguales, relacionarse, pelearse, amarse y odiarse entre ellos, por que una relación amorosa/afectiva/sexual entre un menor y un adulto no existe equidad. No existe "consentimiento informado", se está descubriendo el mundo, se están estrenando los sentimientos y se está a merced de los depredadores. Se está a merced de personas que cuentan con mas experiencia, recursos y con un objetivo claro: la posesión en cuerpo y alma del objeto de su deseo. Un niño o niña deslumbrado por regalos, atraído por el aparente control sobre el mundo adulto y con la cabeza llena de mensajes instalados prematuramente sobre novios, novietes y derecho a roce, puede consentir pero nunca en igualdad de condiciones. 
Cuando en la mayoría de las tramas de las series y dibujos animados dirigidos a estas edades se centra en los líos amorosos y relaciones mantenidas por sus protagonistas no podemos esperar que los objetivos vitales de los niños se centren en viajar por el mundo, descubrir nuevas vacunas o pilotar la próxima nave que viaje a Marte. Estamos asistiendo impasibles a la sexualización de los dibujos animados con personajes musculados y marcando cuerpo, con heroínas pintadas como puertas con taconazos y poses de modelo, dispuestas para todo a golpe de pestaña, salvando al mundo en un cuarto de hora para tener tiempo comprarse algún trapito para la fiesta del instituto. 

Las chicas y también los chicos no necesitan estas historietas de poca trama y menos contenido, necesitan recibir mensajes dirigidos a fomentar el desarrollo integral de la persona, basados en contenidos apropiados para que conformen una personalidad estable, que les haga ser adultos independientes, dueños de su propio destino y con capacidad suficiente para el análisis y la toma de decisiones madura y conscientemente.

La ciencia y la historia nos han enseñado que salvo brillantes excepciones ésto no es posible con trece años.